Karl Marx
I
La falla fundamental
de todo el materialismo precedente (incluyendo el de Feuerbach) reside en que
sólo capta la cosa (Gegenstand), la realidad, lo sensible, bajo la forma del objeto
(Objekt) o de la contemplación (Anschauung), no como actividad humana sensorial,
como práctica; no de un modo subjetivo. De ahí que el lado activo fuese desarrollado
de un modo abstracto, en contraposición al materialismo, por el idealismo, el cual,
naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, en cuanto tal. Feuerbach
aspira a objetos sensibles, realmente distintos de los objetos conceptuales,
pero no concibe la actividad humana misma como una actividad objetiva
(gegenständliche). Por eso, en La esencia del cristianismo, sólo se considera
como auténticamente humano el comportamiento teórico, y en cambio la práctica
sólo se capta y se plasma bajo su sucia forma judía de manifestarse. De ahí que
Feuerbach no comprende la importancia de la actividad
"revolucionaria", de la actividad "crítico-práctica".
II
El problema de si
puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema
teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre debe demostrar
la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento.
La disputa en torno a la realidad o irrealidad del pensamiento –aislado de la
práctica- es un problema puramente escolástico.
III
La teoría
materialista del cambio de las circunstancias y de la educación olvida que las circunstancias
las hacen cambiar los hombres y que el educador necesita, a su vez, ser educado.
Tiene, pues, que distinguir en la sociedad dos partes, una de las cuales se
halla por encima de ella. La coincidencia del cambio de las circunstancias con
el de la actividad humana o cambio de los hombres mismos, sólo puede concebirse
y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.
IV
Feuerbach parte del
hecho de la auto enajenación religiosa, del desdoblamiento del mundo en un
mundo religioso y otro terrenal. Su labor consiste en reducir el mundo religioso
a su fundamento terrenal. Pero el hecho de que el fundamento terrenal se separe
de sí mismo para plasmarse como un reino independiente que flota en las nubes, es
algo que sólo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción
de este fundamento terrenal consigo mismo. Por ende, es necesario tanto comprenderlo
en su propia contradicción como revolucionarlo, prácticamente. Así pues, por
ejemplo, después de descubrir la familia terrenal como el secreto de la familia
sagrada, hay que aniquilar teórica y prácticamente la primera.
V
Feuerbach no se da
por satisfecho con el pensamiento abstracto y recurre a la contemplación
(Anschauung); pero no concibe lo sensorial como actividad sensorialhumana práctica.
VI
Feuerbach resuelve la
esencia religiosa en la esencia humana. Pero la esencia humana no es algo
abstracto e inmanente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las
relaciones sociales. Feuerbach, quien no entra en la crítica de esta esencia
real, se ve, por tanto, obligado:
1º, a prescindir del
proceso histórico, plasmando el sentimiento religioso de por sí y presuponiendo
un individuo humano abstracto, aislado.
2º. La esencia sólo
puede concebirse, por tanto, de un modo "genérico", como una generalidad
interna, muda, que une de un modo natural a los muchos individuos.
VII
Feuerbach no ve, por
tanto, que el "sentimiento religioso" es, a su vez, un producto social,
y que el individuo abstracto que él analiza pertenece a una determinada forma
de sociedad.
VIII
Toda vida social es
esencialmente práctica. Todos los misterios que inducen a la teoría al misticismo
encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta
práctica.
IX
Lo más a que puede
llegar el materialismo contemplativo, es decir, el que no concibe lo sensorial
como una actividad práctica, es a contemplar a los diversos individuos sueltos
y a la sociedad civil.
X
El punto de vista del
materialismo antiguo es la sociedad civil; el del materialismo moderno, la
sociedad humana o la humanidad social.
XI
Los filósofos se han
limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de
transformarlo.